Obviamente, la noticia daba a entender que detrás del hecho —que habría ocurrido el fin de semana—, había mucha tela para cortar. Ningún delincuente en su sano juicio se dedicaría a robar el despacho de un juez electoral, lo que inmediatamente llevaba a pensar en personas muy poderosas como instigadoras del hecho.
La propia Servini calificó el robo como una "intimidación" y como si supiera de donde provino afirmó ante las cámaras de TN: "Le pido a
Servini de Cubría sabía muy bien a quien le hablaba y por eso volvió a mirar a cámara y agregó: "Están intimidando y yo no me dejo apretar por nadie", con un lenguaje poco habitual en una jueza federal, pero muy comprensible para los destinatarios del mensaje.
En el despacho de la jueza miran con recelo al auditor Francisco Javier Fernández, un hombre de aceitados contactos en el fuero federal, que luego de un pasado de intenso menemismo supo reciclarse en el kirchnerismo, con especial llegada al Ministerio de Planificación de Julio de Vido.
¿Y que tiene que ver esto con el juego? Que el hermano de este funcionario, es el juez federal Sergio Fernández, que de manera sistemática durante años falló en defensa de los intereses del Barco Casino de Puerto Madero. Esto le motivó varias presentaciones en contra del abogado Ricardo Monner Sans, el mismo que ahora denuncia a Servini, tal vez sin conocer estas complejidades.
Además, allegados a Servini de Cubría sospechan que detrás de los cuestionamientos que está recibiendo por meterse en el tema del juego —una zona hipersensible del kirchnerismo—, habría una maniobra para que esas causas pasen al juez federal Sergio Torres, que por algún motivo resultaría más confiable para
Como sea, según comentaron a
Es que la magistrada tiene en su poder este expediente que investigan los aportes de varios supuestos traficantes de efedrina —como el fallecido Forza— a la campaña presidencial de Cristina Kirchner (iniciado por periodistas de Tribuna de periodistas). Una de las tantas causas que afectan al poder y están dormidas, pero que si se profundizara dejaría al episodio de las llamadas que golpea a Francisco de Narváez, al nivel de un chiste de Cartoon Netwok.
Este proceso ya benefició últimamente a Guillermo Moreno, Ricardo Jaime y Julio de Vido, en varios expedientes. Pero claro, los jueces que miden con absoluta precisión la pérdida de poder de un político —a veces mas que el propio político—, ahora son mas renuentes a conceder estos favores alegremente.
Desde
La última reunión del Consejo de
Servini entendió muy bien el mensaje, pero estaba dispuesta a resistir en silencio, hasta que descubrió que habían irrumpido en su despacho para robarle, nada menos que el escrito que habría preparado para defenderse ante el Consejo.
En ese momento Beliz era ministro de Justicia y denunció que estaba siendo sometido a una campaña de hostigamiento por parte de Stiusso —al parecer con el visto bueno de Kirchner—. El episodio le valió una denuncia penal por violar secretos de Estado y tuvo que exiliarse en Estados Unidos, donde sigue hasta hoy.
Servini de Cubría no ha demostrado mucho entusiasmo por avanzar en lo que parece claramente una venganza política contra Beliz, y esto no habría sido del agrado de Stiusso. Al menos, esta es la lectura que hacen cerca suyo.
Habrá que ver como evoluciona esta pelea en los próximos días, pero en Tribunales creen que esta vez, el kirchnerismo no la tendrá tan fácil a la hora de imponer su voluntad en el fuero federal.
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